El silencio
El silencio de Dios me aterra
tantas han sido nuestras ofensas
que sin ser los mas ofensivas de la tierra
no sabemos quien eres ni qué piensas.
Vivo a media distancia del cielo y las creencias
y se cruzan muchas veces las ideas
todas repletas de contenido y carencias
y tu silencio volando por ciudades y aldeas.
El silencio de Dios a mi alma llega
no digan que está allá con certeza
prestando su atención al dolor y a la pobreza
que el cielo me ampare con un alma buena.
Háblame, Dios del Universo
dime como es de fantástico el cielo
y si al menos mis manos podrán escribir
unos versos
que llevo gravados para contarles lo que pienso.
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