Plegaria de un abuelo     Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida Porque nunca me diste ni esperanza Ni trabajos injustos, ni penas inmerecidas. Porque veo el final de mi camino Que yo fui el propio arquitecto de mi destino.   Extraje de la vida, la miel de las cosas Porque en ella puse la risa y la felicidad de mi familia Cuando plante rosales, coseche siempre rosas Mas tú vida me regalaste, dulzuras, esperanzas Y una vida tranquila en la paz del ceno de mi hogar.   Cierto es que va a seguir el verano Más tú no me dijiste que diciembre fuera eterno Hallé en las largas noches en mis pensamientos Alegrías y penas, más no todas son iguales, En cambio tuve algunas sanamente serenas.   Amé y fui amado, el sol acarició la faz de mi rostro. Vida nada me debes, vida estamos en paz. Doy gracias a Dios por la vida que he vivido.